Agua potable y saneamiento

Agua adecuada para el consumo y que no contiene ningún germen patógeno. El agua extraída directamente del suelo no siempre puede beberse tal cual. Debe controlarse y purificarse eventualmente antes de su distribución a los usuarios.

Según el Decreto 89-369 de 6 de junio de 1989, agua de origen subterráneo microbiológicamente sana y protegida contra los riesgos de contaminación, apta para el consumo humano sin otro tratamiento o añadido que una separación de los elementos inestables y una sedimentación de las materias en suspensión por decantación o filtración, o una incorporación de gas carbónico. Debe autorizarse mediante orden de la Prefectura.

Red de distribución en la que la calidad del agua se considera homogénea. Una unidad de distribución de agua potable (UDI) es gestionada por un solo explotador, tiene un único propietario y pertenece a una única unidad administrativa.

Parte de contaminación bruta que llega a la entrada de las estaciones depuradoras. Se calcula mediante la relación entre la contaminación que entra la estación y la contaminación bruta.

Aguas superficiales o subterráneas tal y como se presentan en el medio natural, antes de haber sido tratadas con vistas a su uso. Son aguas usadas no tratadas.

Recogida que separa las aguas domésticas en una red y las aguas pluviales en otra. La recogida separativa tiene la ventaja de evitar el riesgo de desbordamiento de las aguas usadas en el medio natural cuando llueve. Permite controlar mejor el flujo y su concentración de contaminantes, y adaptar mejor la capacidad de las estaciones depuradoras.

Desecho fangoso proveniente de la limpieza de las redes de aguas usadas.

Unidad técnica en la que se ejercen una o varias actividades o procedimientos.

Agua utilizada en el contexto de una instalación industrial (agua de proceso, de enfriamiento).